El Blog de Geraldo

Blog dedicado a cualquier cosa, dentro de la Moral y Las Buenas Costumbres.

Entren que caben Mil

Alguna vez hemos tenido que tomar el transporte público (aunque en su mayoría es privado) y tomar experiencia de lo que pasa en el trayecto desde el punto donde comenzamos nuestro periplo hasta donde lo terminamos, muchas veces nos estresamos, y otras, se nos hace muy agradable, debo decir que en el país donde vivo, es más el estrés que las alegrías. Todo comienza con un individuo llamado colector que vocifera de manera elocuente los diferentes sitios que abarca la ruta a seguir, con un léxico propio de estos trabajadores donde el verbo callejero, casi de malandreo es el principal, “pol favol, vamo a colaborá que hay espacio, utilicen los dos pasamanos” , “ hey tu, el de la gorrita, la sra de la franela verde, avancen pol favol, que vamo en alta”. “ llévatelo mi rey, ponle cariño que atrás viene el 13 butaquiao arrasando con todo”.
Es una pequeña parte del lenguaje con que cuentan estos trabajadores de la recolección del pasaje en las diferentes unidades de transporte que pululan la Ciudad, no está demás en advertirles que si el pasaje cuesta 210 bolívares, por decir una cifra, no se les ocurra darles 250 porque no verán el vuelto, a menos que lo reclames y sin escapar de una mirada de enojo, y un insulto entre dientes por parte de éstos personajes, ni decir que los autobuses son atisborrados de pasajeros los cuales van literalmente empaquetados, otros guindados en la puerta que pareciera que hicieran ejercicios para tener fuerza descomunal en los dedos de los piés y brazos para aguantar el peso de su cuerpo y no caer al asfalto.
No se puede viajar en el transporte público sin la música de fondo a todo volumen, vallenato, reggaeton y salsa cabilla son las más sonadas, aunque algunos apuestan por las baladas de Ricardo Arjona o unas chatarritas en inglés, gritar “Parada”  menos de tres veces es riesgoso, ya que probablemente no seas escuchado(a) y te toque caminar unas 10 cuadras a tu destino, inclusive tomar otro colectivo de vuelta, por lo lejos que te quedas. También eres blanco de regaños si tratas de quedarte en alguna parte que no sea la parada específica para la ruta en la que viajas, pero montarte no es problema porque si se paran en cualquier parte para que te  montes, pero no es lo mismo para bajarte, así que hay que estar mosca con eso.
Muy difícil es ver un transporte público (que en realidad es privado) con aire acondicionado, sería un milagro o mucho pedir, porque sale muy caro repararlo en caso de que se dañe, además con tantas paradas en el camino es muy fastidioso abrir las puertas y cerrarlas, sin olvidar que las puertas son un sitio para que se empaqueten los usuarios también, un autobús de 30 puestos necesita llevar 70 personas para que el chofer y el colector estén contentos, butaquiao ( sólo van personas sentadas) es una desgracia que hay que corregir, parándose cada 10 metros para ver si se monta alguien.

Triste realidad en la que nos vemos envuelto a diario quienes utilizamos éste medio de transporte, nadie al parecer quiere tomar las riendas de éste problema que afecta a los habitantes de la diferentes ciudades, alguien que de verdad tenga sentido emocional para entender que las personas somos seres humanos y no números en la economía.